Hace mucho tiempo cuando en la tierra solo habitaban hombres y animales, Xetecon el hombre mas joven comenzó a sentirse solo y les pidió a sus dioses que llenaran ese espacio vació en su corazón. Al caer la noche el dios huracán que había escuchado el deseo de Xetecon, creo tantas mujeres como hombres habían en la tierra.
Cuando despertó Xetecon vio aquella criatura tan hermosa que había sido entregada por los dioses y sintió que el vació que en tiempo había sentido ya no estaba, en ese momento corrió a agradecerles a sus dioses con grandes ofrendas.
Al transcurso de los días Xetecon se sentía muy feliz con esta fémina, pero la envidia del dios del inframundo Ah Puch acabaría con aquella felicidad, ya que al caer la noche el subió hasta la superficie y rapto a aquella mujer tan bella y se la llevo al noveno infierno.
Xetecon al darse cuenta que su mujer ya no estaba, comenzó a buscarla por todas las tierras y al no encontrarla se puso muy triste, al ver esto el dios huracán le indico a Xetecon donde se encontraba su mujer, pero le advirtió que si mataba al dios del inframundo seria castigado el y su mujer. Xetecon al no escuchar la advertencia del dios huracán tomo sus armas y corrió a buscarla, cuando llego al noveno infierno Ah Puch el dios del inframundo, mando a los murciélagos a atacarlo, pero Xetecon uso la coraza de la tortuga para protegerse, al ver esto Ah Puch se enfurecía y mando una lluvia de lanzas, pero nuevamente Xetecon evito ágilmente las lanzas como un tigre, el dios Ah Puch cegado por su ira fue a atacar a Xetecon confiando en sus poderes al ver esto Xetecon saco su lanza y le dio muerte al dios del inframundo. Huracán enojado por tal insolencia lo castigo a el y a su mujer, como lo había advertido, dejándolo a el como el sol y a ella como la luna uno cuidando el día y el otro la noche y así ninguno pudiéndose encontrar jamás.
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